jueves, 18 de abril de 2013

Festival de Música

Se preguntarán qué había ocurrido con la última parte de Delfos.... sólo se puede decir que ganaron los que merecían y que el clan del loto de dragón regresó con varios premios y reconocimientos a sus respectivas dimensiones. No viene en gana relatar sobre las concursantes que asombraron al público... que bueno... era de esperarse de Caroline, quién con su compañera asombraron al público con...
Oh...
Lo siento.
No esperen que realmente les llegue a contar.  Las brujas son muy egoístas por lo que probablemente prefieran no compartir esas imágenes y que reposen unos siglos más en la cabeza.
La vida regresó a lo usual y cada quién por su lado comenzó a buscar nuevas formas de entretenerse. El oráculo se entretenía soplando una pluma en su biblioteca. Llevaba 2 días, 5 horas, 24 minutos, y 46 segundos evitando que la pluma cayera al piso cuándo una abrupta entrada a la habitación lo distrajo.
- ¿Qué pasa? Estoy ocupado - la pluma cayó sin hacer ni un solo ruido en su mesa. - Demonios...-
- Si... ocupado...- La voz de Caliel se escuchó dentro del recinto. Los libros de ficción se alteraron y cerraron más fuerte ante el ángel de la justicia y la verdad.
Caliel era todo un personaje para tratar. Siendo un ángel era justo y bondadoso, sin embargo era tan brutal dentro de su papel que solía olvidarse que las otras entidades no siendo tan puras o rectas, no siempre podían comprender sus actos. Gustaba de descubrir la verdad e investigar para revelarla. La lógica era su arma principal, la cuál a veces fascinaba y a veces no era más que fastidiosa.
Su melena era corta y rubia; y su piel blanca acentuaba un poco sus ojos color castaña. No era muy alto lo que venía en conflicto con su jerarquía angelical, pero su rostro era lo suficiente maduro para darle esa sensación de experiencia ante otros ángeles más jóvenes. Su faz solía ser entretenida y alegre salvo cuándo entraba a su modo detective. Era fanático de los chistes malos, gusto que compartía con Marylin, Longdrak, Zeo y Litz. Verlos juntos traía escalofríos a Yuelio.
Un rayo de sol se asomó por la ventana de la biblioteca y gentilmente acarició la espalda del hechicero. Éste bostezó y comenzó a juguetear con la pequeña pluma. Caliel lo veía sin inmutarse mucho.
- Quería saber cómo estabas. Has estado algo silencioso últimamente...- El ángel estaba claramente en su modo detective. Su rostro no mostraba ningún tipo de cambio.
- Es la edad seguro...- El ambiente se encontraba tranquilo y silencioso... Caliel había visto los rastros del invernadero destruido, lo que consternó su persona. Por lógica sabía que su amigo con quién había formado previamente un clan se encontraba de cierta manera alocado y abatido.
- Sabes... Ann hará un festival de música - El sólo mencionar el nombre de su amiga llamó la atención de Yuelio.
-¿Ann? ¿En serio? ¡oh sus fiestas son las mejores! ¿A qué hora iremos? -
- Yo no iré... sabes que esas fiestas no son de mi estilo -
- Ángeles santurrones ... -bufó Yuelio por lo bajito...
-¿Cómo? - La presencia del ángel inundó la biblioteca y algunos de los libros cayeron desmayados de los anaqueles.
- Nada...nada...-
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La noche estaba estrellada y la música se oía por todas partes. Por todos lados ninfas artistas y dioses de la música compartían a sus públicos, las aptitudes con las que habían nacido, ayudados por una variedad increíble de instrumentos  de viento, cuerdas, percusiones, electrónicos y mágicos. Una joven cantaba y coreaba ella sola 10 voces al mismo tiempo, mientras otro joven rasgaba una guitarra con una melodía española. Un ser femenino mitad pájaro, desplegaba sus alas en una danza árabe, mientras otro grupo berreaba cantos rockeros para despertar muertos. Un técnomago manejaba cien maquinas produciendo una gama de sonidos  infinita.
Vestido cuáles gangsters se juntó el grupo que asistiría al festival. Arthur, Hlya, Marylin, Sifya, Yuelio, Katherine y un amigo suyo se escurrieron entre un grupo de personas. Ann y Fran se encontraban ya esperándolos en el escenario principal.
El escenario tenía unas dimensiones monstruosas, al punto de que una manada de elefantes podrían tomar una siesta encima cómodamente. Estaba iluminado con miles de luces que podían cambiar a cualquier color y una máquina de humo que además soltaba aromas agradables de vez en cuándo. Una combinación embriagante de menta y lavanda que después era reemplazado por un perfume.
Fran fumaba distraída un cigarrillo, se veía preocupada...mientras que Ann sentada en la barra principal se veía emocionada.
- ¡Es asombroso, les digo! Éste grupo lo amo con todo mi ser...  - Oh el grupo que ella se refiere... bueno no importa si les dijera el nombre puesto que no tienen ningún sencillo en el mundo humano. Todos ellos ya están muertos y fueron condenados un tiempo al infierno por crímenes de avaricia y lujuria. Nadie podría creer que una banda de gangsters, realmente podría tener ese talento, sin embargo parecía que fueron unos desgraciados que la falta de amor y oportunidades los llevó al mal camino.
Ahora que estaban muertos... llegaron a descubrir que la música llenaba sus deseos más allá que el placer carnal y el dinero. Me atrevo a decir que eran muy buenos y sencillamente, en el mundo humano nunca tuvieron la oportunidad. Una mezcla de tonos punk con jazz, y un estilo que sonrojaría a cualquier cabaretera habían atrapado a Ann. Quizás porque gustaba mucho de los gangsters.

Fran de hecho solía ser una gangster. Una de las pocas mujeres reconocidas como tal, y descubrió la creación de elementos por medio de la violencia. Fue la belleza de Fran, la que puso a más de un círculo entero de la mafia contra otro, fueron sus jugueteos los que acabaron con más de algún "padrino" respetable, fue su paso firme y elegancia masculina lo que interesaron a Ann y aceptarla como bruja.
Ann por su lado, creo que ni recuerda quién la introdujo al mundo de las brujas. De carácter volátil y divertido, se aburría muy rápido de las cosas por lo que decidía siempre acabar con "estilo". Su vida de humana fue bastante interesante puesto que estaba siempre rodeada de hombres y dinero.
Me ofenden al pensar que era una mujer de la vida galante. Ann vivía dando su interés a la libertad y al mar. Conocida un tiempo como la reina de los piratas, muchos hombres se orinaban en sus pantalones de sólo escuchar su nombre.
Al igual que Ann, Fran era una bruja de violencia, sin embargo mientras que  la magia de Ann era más pasional y liberal, la de Fran era más elegante y centrada. Para darme entender... Fran era la culpable de que una mujer matará en la cama a su esposo por medio de un veneno puesto en sus labios, Ann de que lo matará con una pierna de cordero congelada justo entre los ojos.

El concierto comenzó  y por todos lados, los fans brincaban y gritaban de emoción. No tardó mucho tiempo para que empezando la cuarta canción, ya había un amistoso intercambio de golpes, agarrones y lanzamientos cerca del escenario. Desde la barra, Yuelio y compañía veían tanto el espectáculo de música, cómo la pelea justo debajo. El hechicero de esperanza de hecho estaba impresionado que Ann no hubiese ido a participar...esas y otras dudas se aclararon en el momento en que volteó a verla.
La alegre bruja de la violencia pasional, golpeaba a su mejor amiga con cualquier cosa que se encontraba a la mano. Gritaba emocionada, absorta en la música y en el concierto, pero eso no evitaba que estrellara en Fran, botellas, tarros y vasos a medio terminar.
Derrotada, Fran soportaba los golpes, sabiendo que no podía evitarlo. Su amiga estaba emocionada y eso pasaba cada vez que se emocionaba demasiado. Le dio otra bocanada a su cigarro y trató de mantener su porte y elegancia, mientras la sangre caía de su frente. Sonreía.
Definitivamente sólo ellas podían entenderse a ese nivel y habían sido muy afortunadas de encontrarse una a la otra. Yuelio, tomó la mano de Hlya y siguió disfrutando del concierto.


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